Una mirada a la depresión para aprender a identificarla

la depresión

Muchas veces nos decimos a nosotros mismos: “Estoy deprimido”, “Me siento deprimido” sin entender la superficialidad con la que tratamos el término “la depresión”.

Que sintamos tristeza es parte de nuestra cotidianidad y humanidad ya que esta forma parte de las 5 emociones básicas. Sin la tristeza, los seres humanos no podríamos realizar procesos reflexivos, sanar heridas emocionales ni cuestionar nuestras decisiones. No podríamos saber qué es verdaderamente importante. La tristeza nos cuestiona sobre qué hemos hecho en nuestra vida, qué hemos priorizado y si debemos realizar ajustes en nuestra forma de vivir.

Es por esto que, el que sintamos tristeza porque una persona querida falleció, perdimos un trabajo, nos enfermamos o alguien cercano está enfermo, perdimos a una persona querida, etc.; es normal, esperado y adaptativo.

“Pobre del que nunca ha llevado luto por nada. No puede perder nada porque no hay nada por lo que su corazón palpite”

Elisabeth Lukas

Sin embargo, en un polo del espectro de la tristeza, se encuentra la depresión. Para entender la depresión debemos considerar dos grandes criterios¹:

  • Un estado de ánimo triste la mayor parte del día
  • Pérdida de sensación de placer frente a casi todas las actividades diarias.

Incluso, hay depresiones que se disfrazan de un estado de ánimo irritable, especialmente en niños y adolescentes. Por esta razón, debemos estar muy atentos a cambios de humor repentinos en nuestros hijos.

Señales de la depresión

  • Alteración en el peso: (ganancia o pérdida) que no fue deliberado.
  • Cambios en el sueño: dormir mucho, dormir poco, despertarse varias veces en la noche o dificultad para quedarse dormido.
  • Sensación de fatiga o cansancio la mayor parte del día: Disminución de la productividad personal y profesional, lo que desencadena una sensación de culpa.
  • Fantasear con ideas de muerte: Es común cuestionar la propia existencia.

Todo lo anterior debe estar presente por al menos dos semanas para empezar a considerar un diagnóstico de depresión. Es importante identificar que pudo haberlo provocado ¿Fue causado por un evento externo? (depresión exógena) o, por el contrario, ¿es causado por algún desbalance cerebral? (depresión endógena). Cualquiera de los dos panoramas debe ser tomado con la misma seriedad y debe ser atendido idealmente por una dupla entre psiquiatría y psicología.

Como ayudar a alguien depresivo

Decirle a una persona con depresión que “ponga de su parte”, “piensa cosas positivas”, “mira todo lo bueno que tienes” es alimentar la sensación de culpa y empeora a la persona ¿le dirías a una persona con asma que respire mejor?

La depresión, así como otros cuadros psiquiátricos, no le da solamente a los débiles y tampoco se cura con piedras y aceites. Tampoco amerita un estigma, 300 millones de personas en el mundo se estima que sufren de depresión² y este número irá en ascenso.

Como reflexión: La próxima vez, intenta llamar a las emociones por su nombre real, Facundo Cabral diría: “no estás deprimido, estás distraído”. Si sospechas que tú o alguien más puede estar pasando por situaciones similares a las narradas, busca ayuda. Nadie tiene por qué sufrir solo y hay muchos profesionales en salud mental dispuestos a brindarte una mano amiga y un hombro compasivo.


¹ American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5ta. ed). Washington, D.C.

² World Health Organization (2020) Depresion [Press Center].

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