No podemos tapar el sol con un dedo, las crisis, del índole que sean, son devastadoras y dejan un vacío emocional y sentimiento de pérdida difícil de sobrellevar. El temor a la incertidumbre y la duda de si seremos capaces de reinventarnos y empezar de cero nos hace sentir vulnerables y desorientados.
Si te lo cuento es porque es un sentimiento que conozco muy bien, por desgracia o por fortuna, me ha tocado varias veces retroceder para volver a empezar de cero, por lo que este artículo no es una retórica de términos psicológicos sino la experiencia de alguien quien ha aprendido a ajustar las velas cuando el viento cambia y llegar con éxito a puerto seguro. Arturo Pérez Reverte dijo una vez:
“A cada instante se pone a cero el contador y el ser humano tiene un don maravilloso: la oportunidad de empezar, e intentarlo de nuevo.”
Como empezar de cero cuando lo has perdido todo
Empezar de cero después de haber perdido todo puede ser un desafío abrumador, pero no es imposible. La clave para recuperarse rápidamente radica en la mentalidad y en la determinación de seguir adelante. En lugar de lamentarse por lo que se ha perdido, es importante aceptar la situación y enfocarse en construir un nuevo comienzo.
Redimensiona la situación
Volver a empezar no es otra cosa que emprender un nuevo proyecto, pero con la ventaja de que cuentas con más experiencia y madurez. Es buscar un nuevo camino contando con las herramientas adquiridas en proyectos anteriores.
Ciertamente, cada renacer implica alejarte de tu zona de confort, pero, siendo prácticos, si estás en el punto donde debes empezar de cero, quiere decir que ya no estás en tu área de comodidad, así que empecemos entendiendo en qué contexto estamos.
Lo peor que puedes hacer en este momento es asociar tu situación con el fracaso. Primero, porque el fracaso es una apreciación subjetiva y segundo, porque no suma, no sirve de nada. De lo que hayas tenido o vivido hasta ahora, quédate con la experiencia y el aprendizaje. Esto serán valiosos activos en próximas oportunidades.
Si vas a volver a empezar, sana las heridas
Lo que sea que te haya llevado a una situación límite, déjalo pasar. Asúmelo, comprende, perdona y concéntrate en volver a empezar. La razón es bien simple, si no sanas las heridas, estás definirán muchas de tus acciones, desviándote de tu objetivo.
En otras palabras, necesitas la cabeza fría, invertir tu tiempo y tus energías en lo que es productivo. No es momento de lamentaciones, sentimientos de culpa ni revanchas. Además, no hay torpeza más grande que desarrollar un plan basándose en satisfacer las expectativas de otros.
Rompe con tus prejuicios antes de empezar de cero
Los prejuicios son ataduras que nos limitan la capacidad de movimiento y justo ahora necesitas libertad de acción.
Es una lección difícil de aprender y aún más de ejecutar, estoy consciente. Cuando nos reinventamos pasamos de nuevo al primer nivel. Si éramos expertos, ahora somos aprendices y, entre más alto hayamos llegado, más difícil es volver a empezar.
Entre más orgullosos estuviésemos de lo que habíamos tenido o conseguido más duro es empezar de cero. Pero ¿sabes por qué? te voy a decir lo que yo pienso:
Los seres humanos basamos nuestra autoestima o autovaloración en aquello que tenemos que consideramos que no todo el mundo tiene y por esta razón somos objeto de admiración. Lo hayamos obtenido por mérito propio o no. Por ejemplo,
- la mujer que basa su autoestima en sus atributos físicos y no puede ver la vejez como un proceso natural sino como una pérdida.
- El alto ejecutivo de carrera brillante que pierde su trabajo y siente que nadie lo respetará si no ocupa una posición similar.
- La familia de abolengo cuya reputación se ve enlodada y considera que se ha perdido la historia familiar y en consecuencia, prestigio de los antepasados.
La lista de ejemplos podría ser interminable y entre más larga, más absurda. Mira, es así de sencillo. Si tus antepasados fueron ilustres y un sobrino metió la pata, tus antepasados siguen siendo ilustres y tu sobrino es un torpe.
Lo que hayas tenido o alcanzado sigue estando allí, en tu historia, en tu aprendizaje y en tu experiencia. Entonces, el que tengas que volver a empezar no significa que perdiste valor, significa que tienes el control de tu vida y eres capaz de decidir y tomar acciones para conseguir lo que quieres desde el punto de partida que sea.
Haz un balance de tus ganancias y pérdidas
¿Perdiste tu trabajo? Ganaste tiempo libre ¿Perdiste tu matrimonio? Ganaste libertad ¿Perdiste tu dinero? Te liberaste de aduladores. A esto me refiero con hacer el balance de tu situación actual.
Este ejercicio no es con la idea rosa y respetable de ver siempre el lado positivo de las cosas, que no es que esté mal, es que ser positivos y no actuar es como tener un carro parado, no te lleva a ninguna parte.
Lo que necesitamos hacer es un inventario de tus activos (las ganancias) para saber con que contamos para construir nuevas oportunidades.
Entonces, haz una lista extensa y detallada e incluye todo aquello que puedes invertir ahora en tu plan, por ejemplo: horas diarias, relaciones, dinero, espacios, herramientas, disposición a actuar, colaboradores, disposición a tomar riesgos, etc.
Dedícale tiempo a esto, entre más amplia sea tu lista, más claro tendrás tu panorama. En definitiva, te sorprenderás con la cantidad de recursos que eres capaz de aportar o desarrollar.
Haz un inventario de tus talentos
La idea es ser realistas sin pasarse de modestos. Todo lo que aprendemos en la vida tiene una función. Como vas a empezar de cero, todo sirve, desde lo más cotidiano hasta lo más complicado. Si eres bueno en algo, anótalo y clasifícalo por categorías, nivel de experticia, oportunidades que ofrece y pasión que tienes por ese talento. La forma más sencilla es otorgarle un valor a cada uno, del 1 al 5 a cada ítem. Te ayudará a tomar decisiones. Puedes leer más sobre esto en Libera tu talento y potencia tus habilidades ocultas
Toma decisiones
En este punto, ya debes estar listo para hacer un análisis de tus oportunidades y opciones, sacar conclusiones y tomar decisiones.
Tanto tus activos como tus talentos tienen valor comercial, aún si tu plan no es de índole económico, es importante estar consciente de cuánto estás aportando y cual es la proyección de retorno. Una vez más, se lo más objetivo y realista posible y prioriza aquellas oportunidades que mejor se ajusten a tu situación actual.
Por ejemplo, aun cuando te apasione escribir y lo hagas muy bien, necesitarás mucho más tiempo para ver el retorno en satisfacción y en dinero si escribes una novela que si buscas un empleo freelance de redactor. ¿Tu situación económica lo permite?
El mismo ejemplo aplica a los emprendimientos. Si decides emprender, evalúa tu capacidad de asumir los riesgos aún en el peor escenario y eso te dará la dimensión del proyecto que puedes comenzar y su proyección de retorno.
En otras palabras, aterriza tus expectativas y opta por proyectos con más probabilidades de éxito. Recuerda que lo que estás decidiendo es el nuevo rumbo que tomará tu vida y que vas a empezar de cero, así que tómate el tiempo para desarrollar con seriedad la idea de lo que quieres y puedes hacer.
El poder de tomar riesgos para impulsar tu crecimiento profesional
Diseña tu plan de acción
Un plan, en su forma más simple, no es otra cosa que una lista de tareas y sus recursos priorizadas y organizadas de tal forma que conducen a un resultado previsto, por lo tanto, comienza analizando cual es el resultado que quieres obtener.
Lo mejor para comenzar a diseñar tu plan es hacerte preguntas: ¿Que necesito para este proyecto? y después de eso, ¿Qué debo hacer para obtener lo que necesito? En consecuencia, poco a poco irás descomponiendo tu proyecto en tareas. Cuando una tarea es extensa, sepárala en tareas más pequeñas.
Por otra parte, todo plan debe contextualizarse, es decir, cada tarea debe tener metas, fecha de inicio y fin y los recursos que necesitas para completarla.
En lo personal, me sirvió mucho el método ikigai, como una forma de aterrizar mi propósito. No dejes de leer: Que es el método ikigai y como descubrir el tuyo.
Ejecuta el plan desde cero
¡Actúa! Deshazte de tus miedos y ponte a trabajar en tu objetivo. Crea una rutina productiva y comprométete con ella. No hay resultados sin acción y trabajo y tu éxito depende de ello.
Mide y evalúa la evalúa tu plan constantemente, haz ajustes según los resultados que logras. Mantente alerta a las oportunidades y amenazas que encuentras en el proceso. Recuerda que al empezar de cero, el plan está en fase de prueba, así que deberás hacerle seguimiento muy de cerca para corregir a tiempo lo que haga falta.
10 estrategias probadas para un crecimiento financiero imparable.
Se disciplinado y constante
Aunque suene a cliché hay que decirlo. Ciertamente, reinventarse requiere estrategia, esfuerzo y compromiso, durante todo el proceso de estabilización, tendrás que enfocarte el doble, después de eso, todo fluirá más fácil.
No dejes que los obstáculos, que siempre van a aparecer, te aparten de tu objetivo. Sobre todo, cuando los resultados que esperas demoran más de lo previsto, es cuando necesitas estar más concentrado y prestar más atención a tu estrategia.
Asume y adáptate a los cambios
Cuando reuniste las fuerzas y decidiste volver a empezar, aceptaste el reto de salir de tu zona de confort para crear una nueva realidad. Sin embargo, tu nueva realidad será, al menos por ahora, diferente a lo que era. Entonces, asúmela con gallardía y entusiasmo. Si te adaptas a estos cambios te vas a sentir más seguro de ti mismo para seguir avanzando, En consecuencia, tendrás un renacer más rápido y fácil.
Para terminar, recuerda que estás más preparado de lo que imaginas para empezar de cero. Por lo tanto, en la medida que, en primer lugar, asumas tu situación como algo temporal que tienes la capacidad de superar y, en segundo lugar, te pongas a trabajar en los cambios que decidas hacer, pasarás del temor a la acción y en consecuencia, de la acción al éxito. Te recomiendo leer:
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¡Te deseo suerte!
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